Estamos viviendo una época muy importante en el desarrollo de nuevos gadgets, y no sólo en el área de los servicios de campo: los smartwatches han contribuido a la popularización de la tecnología wearable ; las pulseras de actividad han animado a muchos a practicar más deporte; los drones están cada vez más presentes en más aspectos de la vida moderna; y las gafas de realidad virtual se han vuelto, curiosamente, más reales que nunca. Pero, ¿cómo afecta toda esta tecnología a la gestión de servicios de campo?
Drones en servicios de campo: ¿realidad o ficción?
Las nuevas regulaciones de la FAA en materia de drones prohibieron, entre otras cosas, los vuelos nocturnos, la cargas demasiado pesadas o los vuelos en los que los drones se pierdan de vista. Todas estas limitaciones supusieron un revés para los planes de Amazon y Google, (al menos de manera temporal), pero aun así dejan la puerta abierta para el uso de drones en la industria de los servicios de campo.
Teóricamente, los trabajos que son demasiado sucios, aburridos o peligrosos se podrían dejar en manos de drones, como por ejemplo hacer comprobaciones visuales en un terreno inestable. Más tarde, a medida que las regulaciones se relajaran un poco, los drones podrían acabar perfectamente transportando piezas, o incluso llevando a cabo tareas sencillas de mantenimiento.
Sin embargo, a pesar de estas posibilidades, y dejando de lado el hecho de que los drones son geniales, la mayoría de los negocios realmente no los necesita, y además empezar a usarlos significaría tener que emplear horas y horas en el entrenamiento de sus pilotos – además de ajustarse a una legislación todavía bastante complicada. Así pues, nuestro veredicto sigue siendo el mismo de hace un par de años: es una bonita fantasía, pero una fantasía irrealizable, al menos de momento.
Lo más interesante: la tecnología wearable
Otra cosa son los wearables, una tecnología que crece cada vez más rápido, y que aunque normalmente se asocia con consumidores finales (desde una Fitbit hasta un Apple Watch), también pueden tener su impacto en la gestión de empresas de servicios de campo. Sin ir más lejos, según una encuesta de Salesforce realizada entre 500 compañías, un 88% de ellas había implementado el uso de wearables en 2015 y tenía pensado seguir haciéndolo durante 2016.
Un buen ejemplo de ello es el acuerdo de Vuzix con la empresa de mantenimiento Lee Company, valorada en 150 millones de dólares. Este acuerdo se anunció el año pasado, y gracias a él la plantilla de técnicos de Lee recibió unas gafas inteligentes Vuzix M100. Con ellas, el personal de la empresa podía recibir información vital para completar tareas, compartir datos y vídeo internamente con otros compañeros de trabajo, y a la larga, ahorrar horas de trabajo – y todo esto, ¡con manos libres!
Otro conocido modelo de gafas inteligentes, las Google Glass, esperan poder seguir creciendo después de unos años no muy brillantes, debido a ciertas preocupaciones por la privacidad y algunos comentarios poco afortunados de fanáticos de las Google Glass (apodados con toda razón glassholes en inglés, un juego de palabras con asshole). Tras anunciar que dejarían de trabajar en el prototipo actual, Google ha seguido trabajando con la idea de hacer las Google Glass atractivas de nuevo, y ha presentado una segunda petición a la FCC con nuevas características, como una luz que permanece encendida mientras se graba.
Aun habiendo suavizado su maltrecha imagen, Google Glass seguirá siendo un producto más apreciado en la industria que en el mundo real. A la gente normal, simplemente, no les gusta que se les grabe (haya una luz encendida o no), pero por otro lado, los usos prácticos de Google Glass en las empresas de servicios de campo son muy numerosos. Algunos analistas incluso predicen que Google Glass puede llegar a convertirse en el wearable más extendido en la industria a finales de 2017.
Smartwatches, gestión de equipos móviles y la política BYOW
Los smartwatches han crecido en popularidad en el sector de servicios de campo porque permiten que los técnicos reciban notificaciones, actualizaciones e información mientras completan su trabajo, tienen funciones de seguimiento muy prácticas y son compatibles con los sistemas de gestión de equipos móviles – sin olvidar además que son más baratos que las gafas inteligentes.
Por otro lado algunas empresas implementaron una política de BYOW (Bring Your Own Wearable, es decir, “trae tu propio wearable“), animando a los técnicos a usar sus propios smartwatches o dispositivos en el trabajo y ayudando así a reducir costes. Pero claro, una de las desventajas más claras de una política BYOW es la seguridad: ¿cómo puedes hacer que un dispositivo que se utiliza tanto para el trabajo como para uso personal sea seguro?
La preocupación por la seguridad ha sido, de hecho, una de las grandes barreras en la adopción de wearables por parte de la industria de servicios de campo. Dado que son relativamente nuevos en la tecnología del Internet de las cosas, los wearables todavía despiertan recelos entre algunos profesionales. Tampoco ayuda el hecho de que prácticamente no exista ninguna categoría dentro de los dispositivos del Internet de las cosas que no haya sido objeto de un ataque de hackers. Estas preocupaciones son las que, definitivamente, harán que los jefes de empresas de servicios de campo todavía se muestren reticentes a su uso en el área profesional.
A pesar de las preocupaciones sobre seguridad, las predicciones apuntan a que los wearables y el Internet de las cosas se acabarán integrando totalmente, con información accesible mediante dispositivos manos-libres como gafas inteligentes y smartwatches. También se espera que su crecimiento se multiplique en el campo de la industria.