Esta semana se celebra en Barcelona el Mobile World Congress, el evento de tecnología móvil más importante del mundo. Más allá de smartphones y tablets, en esta feria también se habla de tecnología que bien podría aplicarse a la gestión de servicio técnico, como los wearables de los que hablábamos hace poco o los coches conectados. Pero, ¿qué son exactamente los coches conectados, y cómo podrían afectar al futuro del servicio de campo?
Los coches conectados de hoy
La definición más básica de coche conectado es, simplemente, la de un coche conectado a Internet. Pero la mayoría de la gente entiende un coche conectado como un vehículo que se puede comunicar con el mundo exterior, e interactuar con todo aquello que lo rodea. Para ello usa cámaras y sensores distribuidos por toda su estructura, que le ayudan a determinar su posición y a conectar con otros dispositivos.
La tecnología que hace todo esto posible es la telemática, un campo de la ciencia que incluye telecomunicaciones, tecnología aplicada a vehículos, transportes, seguridad vial e ingeniería informática.
La industria del trabajo de campo ya usa la telemática hasta cierto punto, como por ejemplo con la navegación por satélite y el GPS. La posibilidad de localizar el vehículo en tiempo real, encontrar rutas más eficientes, obtener información del tráfico, o localizar a los trabajadores en relación con tareas, recambios o compañeros de equipo podría mejorar significativamente la eficiencia en la industria de la gestión de servicio técnico. Nuestra propia herramienta, Synchroteam, es una solución basada en la nube que ya aplica la telemática para hacer que la gestión de plantilla, la programación de visitas y la generación de informes y facturas sea más rápida, más fácil y más rentable.
Los coches conectados del futuro
¿Y qué pasará en el futuro? Hoy en día, la mayoría de soluciones de gestión de campo se acceden mediante dispositivos móviles o incluso tecnología wearable. Pero, con los avances en el campo de la telemática, ¿sería posible empezar a ver sistemas de gestión de servicio técnico integrados en coches conectados?
La respuesta es: probablemente, sí.
Aunque el GPS ya es algo común en los coches, la gran mayoría de los vehículos conectados no va más allá de conectarse… con el teléfono del conductor. Y aunque ya hay prototipos perfectamente funcionales de coches autónomos, e incluso coches que incluyen un modo de conducción con piloto automático, todavía estamos lejos de las autopistas llenas de coches autónomos a toda velocidad como las que aparecen en películas como Minority Report o Yo, Robot.
Sin embargo, si seguimos la tendencia de los desarrollos más recientes en telemática, podemos decir que el futuro de los coches conectados es más que brillante. Avances como las pantallas Navdy y Hudway, que proyectan en el parabrisas información relevante a la conducción, o el software de aparcamiento automático de Bosch ayudan a hacerse una idea de todas las posibilidades que pueden traer los coches conectados – incluido el campo de gestión de servicio técnico.
Las predicciones de expertos aseguran que, en el futuro, los coches estarán conectados “con todo”, y podrán comunicarse con otros coches, con los peatones y con las infraestructuras. De hecho, en un mundo donde hay cada vez más coches y donde el 90% de los accidentes se deben a un error humano, los coches autónomos son casi una consecuencia inevitable.
¿Y qué significan los coches conectados del futuro para el servicio de campo?
El futuro de la gestión de servicio técnico
Gracias a que proporcionan datos más exactos sobre la seguridad del conductor y la eficiencia en el consumo, los coches conectados pueden animar a los trabajadores a conducir de forma más segura y eficiente. Con el software de gestión de servicios de campo integrado en el vehículo, además, la comunicación entre los jefes de equipo, los técnicos y los clientes puede ser aún mejor. Las empresas serán más eficientes, la satisfacción de los empleados crecerá y esto repercutirá en una experiencia de usuario muy positiva.
Los vehículos autónomos ayudarán a disminuir las emisiones de gases, lo que a su vez disminuirá los costes empresariales. Al mismo tiempo, la reducción de atascos en las carreteras y una planificación de rutas optimizada permitiría a los técnicos completar más salidas en un solo día. Los desplazamientos entre trabajos se podrían usar como tiempo para formación, que aprovecharían así mejor ese tiempo, y sus coches autónomos podrían incluso ir a buscar piezas y repuestos por sí mismos mientras ellos continúan con su trabajo.
Aunque todavía queda bastante tiempo para disfrutar de muchos de estos beneficios, no cabe duda de que la revolución de los coches conectados ya ha empezado, y sus efectos empiezan a notarse en la gestión de servicio técnico. Queda por ver qué ocurrirá en los próximos 15-20 años, pero los más early-adopters ya pueden ir pensando en cómo subirse al carro… ¡ojo, un carro sin conductor!